Día Mundial del Libro 2025
- maritzcamilla
- hace 1 día
- 2 Min. de lectura
Este Día Mundial del Libro 2025 participé en dos eventos.
Primero, el 23 de abril, charlé con Jorge Volpi sobre su más reciente libro: La invención de todas las cosas. Este libro es una historia de la ficción. De hecho, la tesis central del libro, simpflicando un poco, es que (casi) todo es ficción. De verdad, (casi) todo. Desde la teoría del Big bang hasta el recuerdo de lo que hiciste esta mañana durante el desayuno. Además, Volpi se pone los guantes de box y también propina un uno-dos al concepto de Dios y las religiones. Luego acerca la lupa a la historia del arte y a las primeras organizaciones sociales humanas, y el resultado es es muy divertido. Y nuestra charla también fue divertida. Nunca había platicado con él y me pareció un gran tipo. Me dio risa que habla igual (muy similar) a su voz ensayística; escucharlo fue como releerlo. También reconocí al narrador de sus novelas, en particular al J. Volpi de Memorial del engaño. Tenía pena, me sentía nervioso; lo admito. Lo que pasa es que lo admiro y lo he admirado desde hace 22 años que leí En busca de Klingsor justo antes de irme a estudiar la carrera a Chile. Pero qué gusto y honor. No sé si estuve a la altura de un evento de la Cátedra Alfonso Reyes, pero creo que el Carlos Calles de veinte años que leía embobado Klingsor estaría satisfecho. Y con eso me basta.
Puedes mirar el video de la conversación con Jorge Volpi aquí.

El otro evento al que tuve el honor de asistir fue en la PrepaTec Campus Puebla. Me invitaron a presentar Galileo-kun. Señales de los últimos días. Fue un súper evento al que asistieron alrededor de 200 estudiantes de la prepa. La maestra Alma Oidor fue la moderadora y los estudiantes hicieron excelentes preguntas. Me hicieron sentir como en casa. Agradezco mucho a todo el equipo del departamento de Español, en particular a la maestra Karol Méndez Polanco, y a todas las personas en Biblioteca: Marisol, Silvia y Kevin. En serio, los menciono de nombre y todo porque fue algo demasiado especial. Y, por último, también estuvieron ahí de Editorial Edebé apoyándome, como siempre: mil gracias por el apoyo a Aldo y al equipo nacional de comercial. Me fui de Puebla con la esperanza de que regresaré pronto para continuar la experiencia de Galileo-kun con los estudiantes y el equipo docente.
Van algunas fotos:



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